viernes, 26 de septiembre de 2025

NARRAR O TEJER HISTORIAS: Aportes en la construcción del conocimiento vivencial.

 


En homenaje a Elena Josefina Guerra Valdivieso, tejedora de historias

En la investigación cualitativa los relatos, las narrativas e historias de vida dan cuenta de las subjetividades de los sujetos y del conocimiento que se construye en relación con los saberes vinculados a la vida cotidiana. En consecuencia, una de las cuestiones más importantes que plantea la narración es la relación que se establece entre la persona que narra y su historia en particular.

Para Edmund Husserl, el padre del método fenomenológico, existe un trasfondo en “el medio vital cotidiano” que se revela y se impone para explicar e interpretar  el mundo, a través de realidades vivenciales que son determinantes para la comprensión de la realidad social y de los estados de conciencia de los sujetos frente a esa realidad. Para este filósofo alemán existen muchas orientaciones y procedimientos metodológicos para abordar con rigor la situación vivida y llegar a constatar lo que el sujeto vio, narró o vivió.

Una orientación postmoderna es la inclusión del género como un principio organizador que modela las historias que dan sentido a la vida, como es el caso de los movimientos feministas, que no solo adoptan un enfoque netamente fenomenológico que se opone a los modelos clásicos androcéntricos (centrados en lo masculino), sino que también reivindican construir una epistemología ginecocéntrica o feminista, propuesta emergente y emancipadora que cuestiona los sesgos del género en la historia, las ciencias exactas y sociales, la filosofía entre otros cimientos del conocimiento.             

Esta tendencia postmoderna de la fenomenología, ampliamente apoyada por los catedráticos Norman Denzin,  Yvonna Lincoln, Miguel Martínez Miguélez, entre otros investigadores, inscribe la participación femenina tanto como investigadoras o como objeto y sujeto de la investigación. Yendo un poco más allá, tal como lo planteó Paulo Freire se trata de un proceso de concientización colectiva del género femenino, donde las mujeres colectivizan sus propias experiencias y se apropian de su propia historia.    

Amparada en lo expuesto, y en razón de un caso demostrativo de como las mujeres narran y tejen historias, he de rendir un pequeño y sentido homenaje a una noble mujer: Elena Josefina Guerra Valdivieso (1932-2025), con quien compartí una sincera amistad, mientras tejía sus historias sobre su pueblo natal Río Caribe en el Estado Sucre, o cuando trataba temas de actualidad sobre el proceso político venezolano, referenciados en los programas de radio que solía oír, aderezados con su chispa crítica y asertiva.   

Elena narraba y tejía historias, dos formas para construir y contar sus relatos. Cuando narraba contaba hechos reales con una secuencia coordinada en tiempo y lugar, de una manera muy creativa. En un proceso más profundo entrelazaba relatos, experiencias, vivencias, similar al “acto físico de tejer”, para formar un entramado o tejido de ideas, hasta conformar una historia completa y coherente. 

Mientras tejía sus historias, buscaba dar sentido a la vida, estableciendo lazos entre personas y lugares. Así entonces, Elena conectaba su pasado con el presente, y hasta con el futuro; de tal manera, que sus historias no eran lineales, sino que se movían en una espiral, que convocaba las voces e historias de otros y otras.

Esa forma de contar historias, atrajo el interés de dos investigadoras por sistematizar e indagar en profundidad los relatos que Elena proporcionaba sobre las mujeres luchadoras de Rio Caribe. La educadora Beatriz Tancredi Guerra (hija de Elena) y la historiadora Pilar Figueroa Salazar se focalizaron en los relatos familiares sobre la prima Luisa Esther Larrazábal (1916-1945)  con la intención de reconstruir la historia de vida de esta joven mujer, quien conjuntamente con otras mujeres sentaron las bases del feminismo en Venezuela, en el periodo histórico que le tocó vivir, en la primera mitad del siglo XX.     

Elena Guerra proporcionó descripciones histórica y geográficamente contextualizadas, sobre la base de sus saberes, convicciones y motivaciones, Esto favoreció la búsqueda hemerográfica de datos e información para reconstruir episodios de la vida de Luisa Esther Larrazábal tanto en Rio Caribe, cuando era niña, como en Caracas donde se destacó como activista social contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, además de formar parte del Grupo Feminista Orión. Identificar los rasgos físicos de Luisa Esther fue posible gracias a las fotos familiares que celosamente guardaba Elena, lo que sirvió para ilustrar el libro que se estaba gestando, producto de la investigación historiográfica que adelantaba Tancredi y Figueroa y que se publicó un año antes de la partida física de Elena, en el 2024.      

La actuación de Elena Josefina Guerra Valdivieso como “tejedora de historias” se inscribe en las diversas posibilidades de la investigación historiográfica, en la que las narrativas representan las realidades vividas y se convierten en texto, donde los datos e información no son preexistentes, sino que se construyen como un proceso de creación asentado en experiencias vitales.  

 

Teresita Pérez

Comunidad Praxis Vivencial e Investigación