A propósito de un reencuentro, la Comunidad Praxis Vivencial e Investigación disertó con el profesor Luis Soto Delgado acerca de la “poesía existencialista”, definida como el género en la que se vacían las vivencias y sentimientos del poeta. Sus versos no tienen porque rimar, es la poesía que emana del interior con: melancolía, angustia, amor, alegría, temor, dolor, soledad ... para decirnos que “la vida es un destino incierto”.
Este
reencuentro con el poeta Luis generó de su parte una intromisión que devino en una
“travesura literaria”: Un cuadro poético acerca de su propio existencialismo.
La razón de su intromisión quedó exquisitamente justificada en siete poemas: 1.
Sin alas, 2. Te amo, 3. Mirada, 4. La vida, 5. La noche es un buitre, 6.
Teorema poético y 7. Resurrección arbórea.
Cuando
quise profundizar en “el yo lírico” del intruso sus palabras resonantes
ocuparon el espectro silente del verso: “Somos alma habitando en la carne,
energía vibratoria en exactitud ampliada circunscripta al cosmos, todo existe
en él, la nada, el tiempo, el espacio, el volúmen, la materia, la luz, el color....”
Un
14 de abril Luis Soto, desde su hogar en Ocumare del Tuy, me aclara que se le
escaparon algunas cosas para referir “ésta vaina de existir”. Sin embargo, la
intromisión literaria de Luis encarnó una
entrega lirica que la Comunidad Praxis Vivencial e Investigación tituló: Letras de un Intruso.
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